Como pudo vislumbrarse algo durante el día de ayer en
Twitter, toda mi semana y más que nada el viernes fue, más que una serie de eventos desafortunados, cinco temporadas de eventos desafortunados. Me fue mal en un parcial, discutí con medio mundo, me sentía mal, tomé litros de café y no ingerí nada sólido, necesitaba dormir con urgencia, tenía un parcial al día siguiente, se me habían caído los planes para el finde, tenía un bad hair day, el ambiente en mi casa no podía ser peor y sobre todo, no había podido hablar con el señor who belongs with me en todo el día. Cuando por fin pude conectarme, me encontré con que el señor me había dejado un mensaje offline con un número al cual smsear. Inmediatamente lo hice, y a los cuarenta y cinco minutos, estando quien les escribe ya acostada y adormecida, recibo este mensaje:
Novio: bien, en la puerta de Pacha. Cómo te fue en el parcial?
Sí lindo, recordame lo bien que la pasás mientras yo estudio
y sufro. Recordame lo horrible y avergonzante que fue ese parcial. Recordame que estás en ese ambiente de promiscuidad potenciada. Recordame que te extraño. Si no fuera porque te merecés salir a parrandear después de todo, te hubiera odiado tanto pero tanto. Ah no, cierto que no puedo odiarte. Envidiado, mejor dicho. Ah no, sí te envidié.
No hay comentarios:
Publicar un comentario