Debo admitir que leer a Diego Gualda, por lejos mi blogger preferido, escribiendo tan camioneramente en sus múltiples espacios que le encantan las curvilíneas(*) y afirmando que las niñas espigas no tienen gusto a nada me levanta demasiado, o al menos más de lo que debería, el ánimo. Soy feliz con tan, pero tan poco.
(*) Eufemismo que quiere decir "tengo las caderas anchas como USA, más cuartos de helado de lo que debería y un escote demasiado generoso" o, por qué no, utilizando la terminología de ciertos individuos, "soy un corchito erótico y me la re banco porque soy re hardcore" (léase jarcor)
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