Tengo el recuerdo patente de la noche en que conocí esta canción. Estaba acostada con quien era entonces mi novio, absorta en mis pensamientos y de cuerpo cansado. Abruptamente, él interrumpe mi ausentismo diciendo, como a mil metros distancia para mí, "el otro día escuché ésto, y dije es Mayra, ésta es mi novia" y saca su celular. Le pregunto cómo se llama, me dice que es Bendito infierno de Iván Noble. Pienso que es un título poco acertado para el romanticismo y presto atención a los acordes suaves que comienzan a sonar.
Si su mirada fueran dos pistolas, yo no contaría el cuento
Es que ella hace sangrar a los espejos
Te estoy hablando de la más princesa de todas
"Claro, la más princesa de todas, tu novia" le digo, con sarcasmo disimulado por el tono agotado de mi voz. Sigo escuchando.
Si la cruzás, tu cuello vale una limosna
Porque vas a quedarte sin hígado y sin dignidad
Va a masticarse tus secretos
Va a ser la viuda de tus sueños
"Mh, genial el concepto que tenés de mí, lindo" pensé, preguntándome la connotación de todo ésto. Si era un elogio, le estaba saliendo asquerosamente mal. Si era una indirecta, le estaba siendo demasiado eficiente. Sigo escuchando.
Y ella va a decirte "puedo mostrarte mi vida, pero no la mires mucho
No es que no tenga corazón, es que hace rato no lo uso"
"Puedo subirte a mi viaje, pero no te quedes mucho
No es que no use el corazón, es que hace rato no lo escucho"
"Tiene razón, le estoy haciendo caso omiso a la afonía de mi corazón, que sigue gritando como puede que no debería estar acá. Quizás sí le estoy pidiendo que no me mire mucho, para que no note que no estoy pensando en él. Y quizás sí estoy siendo descorazonada, sí estoy siendo el bendito infierno, sí me merezco esta dedicatoria". Una vorágine de conclusiones culposas se mezclaba con la inminente humedad de mis ojos. Me tomé la cabeza con las manos. Me odiaba, por traicionarlo y traicionarme así. Pero más odiaba quedarme acostada en esa cama que no me pertenecía, que no sentía mía. Tenía que hacer algo, salir corriendo a buscarte y terminar con las discusiones, empezar con las acciones. Pero no ahora, no precisamente ya.
Desde que cuelga en casa sus vestidos, mis noches no tienen cura
Me habla en otro idioma su hermosura
Voy a ser claro, es el bendito infierno en persona
Si la besás, prendele velas a tu sombra
Porque todos los trenes del mundo te van a llevar
Hasta la puerta de sus labios
Como liebres pasarán los años, y ella no va a abrirte...
"Es hermosa, amor" le dije a duras penas, entrecortadamente. Argumenté emoción y cansancio, y le pedí que durmiéramos. Mañana, es decir, en unas horas, el domingo, iba a tomar medidas. Esa madrugada supe que se había terminado todo.
"Puedo quererte el domingo, pero no me creas mucho
No es que no tenga corazón, es que hace rato no lo escucho"
"Puedo subirte a mi viaje, pero no te quedes mucho
No es que no use el corazón, es que hace siglos no lo lustro"
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