And baby, talk dirty to me (No, vos no, imbécil)

A mí no me sube el autoestima el tipo de cosas que el resto de las mujeres confiesan amar. No me gusta recibir un piropo de obrero por la calle, me hace sentir un bofe, y uno de pésima calidad por agradarle a un incivilizado que cree que es correcto acosarme verbalmente sin siquiera haberme visto antes en su mísera existencia. No me alimenta el ego tener mil buitres rondándome cuando se enteran que estoy soltera, me hace creer que soy carroña digna de su actividad de rapiña, de cacería berreta y fácil. No me suma nada la idea de que miren en exceso, me da la sensación de ojeo, de invasión a mi espacio personal, de mi privacidad violada, de imbécil que no le es suficiente mirar una vez para retener una imagen en su cerebro de primate. Para adquirir esos derechos sabés cuánta Cindor te hace falta, nene?
Por eso mismo, no entiendo como las minas se ofenden cuando la persona que eligieron como su pareja hace alguna de estas cosas. Estamos todos locos? Permitís que te griten esas barbaridades a plena luz del día en la vía pública y te enojás porque tu novio te hizo algún mínimo comentario sobre como ejercería su capacidad de hecho en la intimidad de tu cuarto? Te fastidiás cuando tu chongo te presta demasiada atención y "te asfixia" pero morís cuando el camionero te toca a bocina a decibeles infernales? Qué tenés en la cabeza, ridícula, histérica, desquiciada, mujer?
En resumen, si hay alguien que puede invadirme el espacio personal, examinarme hasta que me duela la cabeza y hablarme sucio, ese es mi novio. Nadie más, no se gasten. A menos que quieras un golpe, un insulto o un "ya sé que estoy buena, mogólico, seguí soñando porque en tu perra vida vas a tocar una mina como yo" en retribución.