Hablar por teléfono a altas horas de la madrugada con mi novio es garantía de charla sobre temas bizarros. El martes, por ejemplo, hicimos una especie de ping pong de preguntas y respuestas que consistía en él nombrando animales y yo diciéndole si me gustaban o no. Después de unos cuantos "no", la conversación fue más o menos así:
F: cóndores?
M: ay, son un asco
F: ese "ay, son un asco" sonó muy minita
M: jajaja sí, tenés razón, pero son un asco!
Le pegué el concepto de "minita", por si no lo notaron. Me puedo morir tranquila. Y sacamos la conclusión de que me gustan los felinos y las serpientes por identificación, lo cual no habla muy bien de mí. Miau.
No hay comentarios:
Publicar un comentario