Creo que lo más más más me saca de quicio sobre cualquier capa de la tierra (no sólo sobre la faz, vamos evolucionando) es que venga algún troglodita con ánimos de ser simpático y original y me diga la temible frase "sos muy linda para ser tan inteligente", acompañada de sobreactuados gestos de sorpresa y sonrisas estiradísimas dignas de un viaje vía LSD.
Ay, no. Ay, no, no, no. No podría terminar de enumerar la cantidad de cosas terribles que les haría, por cerdos ignorantes poco empáticos, prejuiciosos antiquísimos, por creer que con esa mentira barata y trillada voy a caer a tus olorosos pies, infeliz. Estúpido. Mononeurónico. Demodé. Grasa. Hombre.
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