Es tan increíble como triste, pero para dejar embobada a una minita como yo lo único que tenés que hacer es prestarle un poquito de atención y tener un mínimo gesto que nos haga creer que estuvieron pensando en nosotras. Nada más que eso. Después podés volver a ser el cerdo que siempre fuiste y serás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario