El ataque de concha (perdón, "de connnnncha") que tengo ahora es indescriptible. Ojalá pudiera patear la placa de red e irme a dormir y no hubiera repercusiones. No tanto con las personas que lo provocaron. Más que nada con la placa de red, te amo placa de red, nunca me faltes, no es tu culpa que sean todos unos pelotudos.
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