Hoy mi padre se pasó todo el almuerzo familiar hablando de su futuro (e hipotético, porque cambia de decisión más rápido que de auto, y eso es mucho) casamiento con su novia, con la que acaba de reconciliarse después de la enésima crisis "definitiva". Claro que para él no es la gran cosa, porque va por el cuarto. Que super fiesta en una estancia a cien kilómetros de Capital Federal, que luna de miel en México, que bla bla bla ante la expresión atónita y de desaprobación absoluta de mis tíos y abuela. Algo de cordura queda en la familia, gracias al Cielo. Al rato...
Padre: hija, te doy la plata de la cuota del colegio de tu hermana en la semana, que ahora no traje, sí?
Andá a freír churros padre. O tacos, whatever. Feliz día. Not.
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